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miércoles, 23 de octubre de 2013

Otra mentira como esta

Se dice que alguien miente cuando realiza una declaración falsa, en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean. El objetivo es siempre ocultar la realidad en forma parcial o total, en función del grado tenemos: mentiras por falsedad genuina o mentiras que muestran una verdad selectiva.

En la portada de hoy tenemos dos claros ejemplos:

Mentir mostrando una verdad selectiva. Titular mayúsculo para aquella final de 1998 y se ocultan los cuatro últimos enfrentamientos en los que los de Turín se impusieron. Más que por los viejos tiempos quizás deberíamos hablar de los muy viejos tiempos.

Mentir por falsedad genuina. Pequeño recuadro para uno de los equipos que jugó ayer con un titular esperpéntico: Messi salva a un Barça sombrío, segundo empate consecutivo de un equipo que no despega. Porque lo dicen ellos, que dicho equipo lidere Liga y Grupo de Champions con un empate a domicilio del segundo clasificado es irrelevante. Digo que no despegan porque me da la gana y si te lo crees ya tengo cantinela de aquí hasta el sábado, a saber:

Barça sombrío al que le tiemblan las piernas frente a la visita del Real Madrid. Dos empates consecutivos, Messi bajo de forma, Neymar mejor actor que futbolista, ocasión de oro para el renovado Madrid de Ancelotti y constatación de la alternancia. Fin de ciclo culé, se acabó el tiki-taka… ¿bienvenido el truko-tranko?. Muy previsible todo.

Mi verdad: el Barça ha empatado dos partidos como visitante frente a sendos rivales con nueve hombres atrás. Osasuna es tradicionalmente un hueso duro de roer como local, el año pasado sin ir más lejos y con Tito Vilanova los culés fueron en desventaja 75 minutos hasta que Messi se marcó dos golitos salvadores, el primero (76′) polémico por fuera de juego previo de Alexis y el segundo (80′) tras un gran centro de Jordi Alba. No creo que fuera un partido ganado desde el autobús precisamente. Del mismo modo el Milán en febrero de este mismo año venció como local 2-0 en octavos de final e hizo necesaria la gran remontada del 4-0 en el Nou Camp, pero es que en el año anterior y con Pep Guardiola en el banquillo el resultado fue de 0-0 con 5 tiros a puerta en todo el partido (los mismos de ayer).

Por tanto, acepto el debate sobre un “plan B” frente a rivales que se encierran con la esperanza de cazar alguna contra salvadora, acepto la crítica sobre jugadores como Alves, Piqué o Alexis… ciertamente todo el peligro generado por los italianos llegó por la banda derecha; Alves sigue subiendo como siempre pero ya no vuelve como antes, Piqué está muy lento y obliga mucho a Busquets en tareas de tercer central, Bartra tapa y sale para recuperar liberando a los interiores… pero no tiene tanto nombre como para sentar a Piqué, Alexis corre y corre pero sigue sin desequilibrar por su banda… todo correcto. Ahora bien, como eximente tenemos el hecho de que el grueso del conjunto viene de jugar con sus selecciones, Neymar ha recorrido más kilómetros en la última semana que el mono de Marco, Messi no está aún al cien por cien y por último y no menos importante el terreno de juego estaba muy irregular. No obstante, si somos objetivos la realidad es que este Barça “¿sombrío?” ha encerrado al Milán en su casa, ha tenido un 72% de posesión de balón, ha tenido 5 tiros a puerta por 3 de los italianos y ha enmudecido a todo el Giuseppe Meazza hasta el final del partido. Líder en su grupo con 7 puntos, segundo el Milán con 5 puntos y al que se le podría complicar la clasificación si el Celtic gana la próxima jornada al Ajax. Para el Milán éste era un partido vital y aún así y todo se han conformado con un empate, si esto es así claramente este Barça sigue infundiendo mucho respeto. Curioso fin de ciclo al que muchos se suscribirían, pienso yo.

Mi conclusión: a este Barça se le exige la excelencia. ¿Es justo?, ¿podemos pedir la excelencia a este equipo?, como poder podemos, evidentemente. Por pedir yo pediría un Falcao con Neymar y Messi tirando diagonales aprovechando los huecos generados en su marcaje. Me pediría un Lukasz Piszczek de lateral derecho para darle un merecido descanso a Dani Alves. Me pediría un Hugo Lloris para cuando marche Victor Valdés y, sobretodo, me pediría una máquina rejuvenecedora que le quitara diez años a Xavi Hernández. Es más, cambiaría todos mis deseos anteriores por éste último. Este Barça debe mucho a Messi pero sin Xavi Hernández no sería este Barça, así de simple. Que cada año sea más viejo repercute en su capacidad de generar juego y bajo mi punto de vista es lo único realmente preocupante. Todo lo demás se puede solucionar tirando de talonario pero Xavi no hay más que uno, mítico e irremplazable. Ya lo dijo Laporta: “Al loro que no estamos tan mal”.

Termino con una cita de Aristóteles:

La excelencia no es una acción, es un hábito.

Barrabás / Anti-Marca.com / Barrabasblog.blogspot.com

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