Ads 468x60px

jueves, 10 de octubre de 2013

Neymar es un teatrero

Dicen que Neymar es un teatrero, un tipo con más cuento que los Hermanos Grimm, alguien a quien - gracias a Dios y al ser superior- se le ha caído la careta tras renunciar a ser uno de esos ejemplares ciudadanos del mundo que han nacido para jugar en el Real Madrid.


Dicen que Neymar es un un piscinero sin recato, un sospechoso habitual al que delatan, una y otra vez, las cámaras de esos maravillosos programas de televisión que repiten dos mil veces las caídas en el área y apenas una vez los goles. Dicen que Neymar es un figurante barato del área, porque como los culturetas del prejuicio pronosticaban, ha necesitado completar un proceso de aprendizaje y un periodo de acoplamiento para competir en Europa, porque el campeonato brasileño era muy pobre y aquí no regatearía defensas como allí. Dicen que Neymar es un fenómeno del finge bien y no mires a quién, para impulsar un nuevo debate, toda vez que se ha agotado la munición acusando al Tata de traicionar el estilo y de paso, haber pateado con ese pretexto el culo de Sandro Rosell.

Dicen que Neymar es una marioneta cara que, en lugar de llevarse a matar con Messi como insinuaron los suministradores de estramonio, se ha atrevido a asumir la jerarquía del argentino, haciendo gala de una empatía total con el diez, dentro y fuera del campo. Vaya por Dios. Dicen que Neymar es un teatrero porque, cuando se sube el telón, lejos de reforzar pagar su cuota de vanidad individual, contribuye al equipo con espíritu gregario, solidaridad, esfuerzo y sacrificio defensivo. Dicen que Neymar tiene ínfulas de actor de serie B porque se queja cuando le pegan una patada en la espalda sin balón de por medio, porque recibe raciones dobles de patadas y triples de agarrones. Dicen que Neymar no es el jugador que más faltas recibe de la Liga, sino que es un teatrero al que le sobran vueltas de más cuando cae, alguien que vive de engañar a los colegiados y una mala influencia para la Liga, un jugador al que Competición debería castigar por su continua simulación.

Dicen que Neymar es un teatrero, un cuentista frívolo y caprichoso que, por lo visto, ha cometido el censurable error de, después de costar una millonada, aparcar su estatus de estrella para someterse a la disciplina del grupo y poner su ego al servicio de sus compañeros. Qué asco. Neymar finge: Palabra de los periodistas que fingen serlo.


BONUS:

No hay comentarios:

Publicar un comentario