Si algo ha demostrado Ancelotti desde que es entrenador del Real Madrid es que no es un tipo que pierda los nervios con facilidad, más bien todo lo contrario. Acostumbrado a banquillos de alto voltaje y presidentes de gatillo fácil, el italiano se ha construido una especie de caparazón impenetrable que le permite observar todo lo que sucede alrededor con un tranquilidad sospechosa para el resto del personal.
En una entrevista en su país ha reconocido que el equipo ha jugado tan mal hasta el momento que a partir de ahora solo puede mejorar. De perogrullo vamos. No hace falta ser entrenador del máximo nivel para darse cuenta de que el Madrid, de momento, no juega ni a las tabas y que de no haber sido por su pegada, la fe inquebrantable de su escudo y la ayudita de Muñiz, ahora mismo la liga sería una utopía para los blancos. Afortunadamente para Ancelotti el Madrid no necesita jugar bien para ganar un porrón de partidos durante la temporada, pero con el nivel mostrado hasta el momento está claro que cuando lleguen los partidos más trascendentes no va a ser suficiente para sacar adelante los encuentros.
Me gusta que el italiano no eche la culpa al empedrado, ni busque conspiraciones maseónicas contra sus chicos; me parece bien que no esté todo el día con cara de ajo, buscando excusas arbitrales o señalando a los futbolistas como culpables del mal arranque de temporada esquivando cualquier tipo de responsabilidad en la derrota y asumiendo protagonismo en la victoria. Podría haber construido un discurso victimista, pidiendo un tiempo prudente para analizar su trabajo después de haber heredado un plantilla descosida y desmoralizada, pero ha optado por la postura más lógica. Al menos en algo hemos avanzado.
Una vez asumida la culpa Ancelotti tiene por delante el trabajo más difícil: hacer que su equipo juegue mejor. Decidirse si quiere un equipo más vertical o si quiere tocar más, elegir entre Benzemá o Morata, entre Arbeloa o Carvajal,poner a Bale en forma para dar un salto de calidad al equipo... En resumen, arreglar problemas deportivos que no busca tapar con palabrería barata o atacando a cuaquier estamento del club que pase por ahí. Y aunque ahora en el club parece que se celebran las semifinales como si fueran títulos recuerdo que el técnico italiano lo tiene muy facilito para mejorar lo que el "todopoderoso" consiguió la temporada anterior: con ganar algo y no tirar la liga en Octubre casi casi vale...
Antonio Romero / EuroSport
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