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lunes, 5 de agosto de 2013

Guardiola, blanco de las primeras críticas en Múnich

“Una inmoralidad financiera desvergonzada”. Con estas duras palabras, el Süddeutsche Zeitung cargaba contra Pep Guardiola por el fichaje de Thiago Alcántara. Representado por el hermano del técnico, Pere Guardiola, el internacional sub'21 aterrizó este verano en el Allianz Arena a cambio de 21 millones de euros. 

Una operación que ha generado las críticas de este diario, que también ha puesto en tela de juicio la actitud de Pep en su explosiva rueda de prensa en la que confirmó su distanciamiento con Sandro Rosell y su entorno.

Para el SDZ, esta comparecencia “no representó la imagen de caballerosidad que muchos medios de comunicación reflejan del técnico de manera entusiasta”. Sin embargo, la llegada del mayor de los Alcántara y las críticas a Rosell no son ni mucho menos los únicos frentes abiertos con el que se ha encontrado Guardiola tras sus cinco primeras semanas al frente del Bayern.

En un completo informe publicado este domingo, el londinense The Guardian recopila buena parte de las críticas recibidas en este tiempo por el técnico catalán. Y no solo procedentes de los medios locales, sino también –y lo que es más preocupante- de algunos de sus futbolistas.

Un vestuario caliente

Consciente del elevado listón dejado su predecesor en el cargo Jupp Heynckes, Guardiola desembarcó en el Bayern con el reto personal de trasladar su patrón de juego e instaurar su sello personal a un equipo que viene de ganarlo todo. Sin embargo, su pasión por el fútbol, su obsesión por los detalles, y las variaciones tácticas ensayadas durante la pretemporada no han acabado de cuajar. Ni en la prensa, ni en el vestuario.

La debilidad defensiva mostrada por el equipo en la final de la Supercopa motivó las primeras comparaciones con el holandés Louis van Gaal, quien a pesar de sus logros deportivos no acabó de cuajar entre la parroquia bávara. “No hay que hacer el fútbol más difícil de lo que es”, ha llegado a manifestar el holandés Arjen Robben. “Jamás había trabajado con un técnico que cambie tantas cosas”, explicó el veterano atacante Claudio Pizarro. “Todo el mundo ocupaba una posición diferente”, espetó el internacional alemán Thomas Müller, al término de la decepcionante derrota ante el Borussia Dortmund. “No estoy seguro de sus planes para mí”, confesaba el intocable Bastian Schweinsteiger.

“Inquietud palpable”

Las dudas generadas tras los constantes experimentos de Pep –algo normal en pretemporada- no han hecho más que generar un clima de inestabilidad en el entorno muniqués. “El Bayern es como un motor Ferrari. Todo tiene que estar correcto”, opina el extécnico bávaro y actual seleccionador suizo, Ottmar Hitzfeld. Y las miradas sibilinas del croata Mario Mandzukic tras su suplencia en algunos partidos no son el mejor síntoma. “La sensación de inquietud”, según el diario local Abendzeitung “es palpable”. Y desde la directiva, en declaraciones publicadas por Der Spiegel, ya existe “la preocupación de que todo vaya bien”.

Demasiado nerviosismo a una semana vista para el inicio de la Bundesliga. En esta situación, inmersos entre tanta declaración filtrada, y sin apenas haber tenido tiempo para engrasar la máquina, uno de los capitanes de la plantilla, el polivalente Phillip Lahm, aboga por la prudencia: “Sabemos que todo requiere su tiempo”. Aunque cuando lo has ganado, los plazos se acorten.

DiarioGol.com

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