Ads 468x60px

domingo, 4 de agosto de 2013

Cuando el dedo apunta al cielo, el madridista mira al dedo

Si hay algo que caracteriza al madridista es su sinceridad. Para ser más exacto, el madridista es un mentiroso sincero. Me explico, primero se convence a si mismo de la mentira y una vez hecho, ya está preparado para difundirla como si fuera un dogma incontestable. 
Para ellos la frase “una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad” es totalmente aplicable, salvo por el mil. Con cinco o seis veces llega.


Lo curioso es que cuando tienen que desdecirse de esa verdad construída hacen ingeniería inversa del proceso anterior hasta volver al punto de inicio. Un lío. Son unos seres admirables, imagen casi última del proceso de evolución descrito por Darwin.

Los mismos que creían que Mourinho era un mercenario cuando fichó, lo convirtieron en madridista porque les dio absolutamente toda la carnaza que quiso contra el Barcelona, ganando poco eso si. El “¿Por qué?”, el dedo en el ojo a Vilanova, la patada en la cabeza a Fabregas, los Eladios Parameses en twitter, su lista de errores arbitrales, fueron el “dedo que le mostró el camino” al madridismo.

Los jugadores, lejos de ser madridistas, siguieron la misma ruta que el aficionado medio: “el mejor entrenador del mundo”, “el entrenador perfecto para el Real Madrid”, copiarle los gestos de robo con la manita a la salida del aeropuerto, repetir casi literalmente sus palabras tras la rueda de prensa. Hasta que Mourinho decidió que alguno de ellos era un topo, o que estaba pasado de peso, o que simplemente era peor que otro y lo puso de suplente. Fue el principio de su fin. El principio de la ingeniería inversa ideada por Casillas, Ramos y la prensa que los sustenta, para cargarse al portugués.

La caverna, lo mismo. Casi defenestran al Barcelona por firmar un acuerdo económico con Qatar Foundation, y ahora alaban a Flying Emirates y callan los contactos blancos con Arabia Saudí. Defendían a Mourinho con el alma, y ahora es poco menos que un traidor y un mercenario. Eso si, a Florentino ni lo tocan. Se nota que es el que paga. El peor presidente de la historia del Real Madrid tiene bula. Un día le van a rodear mientras mea para ver si les toca unas gotitas de su orina.

Y una vez que el problema (Mou) está fuera, obviamente comienza a hablar de lo que había dentro. Suelta un par de puyitas que no son más que puras verdades como que entrenó al Ronaldo auténtico cuando tenía 30 años, o que el Madrid no es fútbol sino política, y ya no es el mejor entrenador del mundo, sino un ‘resentido’, ‘alguien que se vende al mejor postor’ y un ‘ardido’. ¿O sea, que era un madridista disfrazado, un hipócrita? ¿O eso era Valdano?.

La afición blanca sigue la ruta de su presidente. Ni ideario, ni proyecto, ni valores, sólo una obsesión enfermiza por la victoria a cualquier precio y en sobreponer el pasado al presente, y el presente al futuro. Sin valores y sin linea de actuación. Con Mou un dedo señalaba el camino, ahora son como mínimo dos y a distintos puntos. Caos y división.



Daniel C. / BlogGol.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario