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jueves, 1 de agosto de 2013

Jurassic Camp; el nuevo viejo Barça

Verano de 2008. La pizarra no contiene información defensiva. Se está acabando agosto y el entrenador no ha dibujado un solo trazo que explique cómo presionar, cómo cubrir la espalda de los que suben o cómo defender en el campo propio. No es un viva-la-vida, rotuladores ya no le quedan, pero todos los esquemas retratados y los movimientos sugeridos tienen que ver con el ataque, con la pelota, con tenerla siempre.
La idea parece compleja pero es estimulante. El fin de todo es que los once del adversario van a reunirse muy por dentro y muy abajo; entonces la pelota irá para fuera y esos once mirarán hacia el costado. Guardiola dice que ganarán si creen. Y que Xavi e Iniesta van a jugar juntos, de interiores, sin Davids, sin Gudjohnsen, sin Van Bommel, sin Deco. Mientras Touré Yaya, escéptico, con una mano en la espalda y cara de dolor, guarda silencio, una voz en el fondo pregunta: “Míster, y cuando nos la quiten, ¿qué?”.

Señalando al encerado, desvela Pep: “Si hacéis todo esto, sin saltaros ni un paso, cuando os la quiten sólo tendréis que correr todos juntos hacia la pelota durante 3 segundos. Es importante que seáis todos. Y que sean 3 segundos. Sólo 3 segundos. Y os prometo que volveréis a tenerla. Cortesía de Xavi e Iniesta”.

Gerardo Martino, el Tata, fue la estrella y más en Newell´s Old Boys en la década de los 80, cuando en Argentina se jugaba siempre a ras de suelo, lentito y con orgullo. Diferenciaba por naturaleza lo que estaba bien de lo que estaba mal, no sabía equivocarse dentro de la cancha, y la técnica de sus pies fue tal que sus técnicos le otorgaron el privilegio único: no correr. El Tata no pegó una carrera en 10 años como profesional. Y así una vez, mientras se vivía en Italia la Copa del Mundo de Lothar Matthäus, coincidió en la radio con quien iba a ser en apenas unos días su nuevo entrenador: Marcelo Bielsa. Fue el punto de inflexión de su vida. Cambió su concepción del fútbol. Salió con tres ideas inmutables: 1. Se podía tener la iniciativa durante los 90 minutos, hasta sin tener la pelota; 2. Para ello los once jugadores deberían presionar juntos y muy arriba, no podía librarse ninguno; y 3. El juego de posición, una cultura táctica que llegaba de Europa, le daría las herramientas para madurar lo que, empezaba a intuir, sería su idea de fútbol.

Entiéndase juego de posición por aquél basado en la repetición de movimientos predefinidos; por aquél que fija posiciones y automatiza un ramillete de acciones que se repiten una y otra vez. Como cualquier propuesta, tiene sus pros y sus contras. Igualmente, también puede tener varias intenciones. En el caso de Bielsa, se busca valentía y energía. Hace que sus jugadores memoricen las jugadas a realizar para que no pierdan tiempo pensando, para que estén actuando todo el rato e impriman al partido un ritmo y una intensidad que saquen al rival de la pista. Por eso tiende a formar grupos con un gran nivel físico y una buena calidad para el juego directo o por bandas; amén de con capacidad para defender con marcas al hombre. La energía es su sino. Martino, efectivamente, interiorizó el juego de posición gracias a Bielsa, pero le dio otro sentido. Lo percibe como lo percibe el Barcelona: como una vía hasta el control total. Programa los movimientos de su equipo para restar opción al balón dividido, a las situaciones de igualdad o al azar en definitiva. El Tata, atacando, se parece más al Barça que a su venerado tutor. Pero no es ni lo uno ni lo otro.
Newell´s se esforzaba por salir por raso; pero jugaba en largo cuando lo creía necesario.
Usemos como referencia a su Newell´s, que es el equipo más técnico que ha entrenado. Con balón (4-3-3), su faceta más trabajada era la salida desde atrás. Era una fase que afrontaba con paciencia, sin prisas, con el ánimo de ir hacia el frente pero sin asumir el riesgo de perder una pelota tonta. Martino esquiva errores, sus equipos son muy responsables y precavidos. En virtud de ello, la salida rosarina era exterior, por fuera, hacia sus laterales, Cáceres y Casco. Los dos se incorporaban a la vez al mediocampo y entre los centrales abiertos y el “5″ que se metía entre ellos buscaban bascular al contrario hasta que una línea de pase hacia un carrilero quedaba libre; la aprovechaban y cruzaban la divisoria. De dentro a fuera, se insiste. Al revés que el Barça, que sale por Busquets, Xavi, Iniesta y Messi. Es más, en Newell´s, los interiores (Cruzado y Pérez) tenían una relación nula con sus centrales; bajar a recibir no era parte del plan original. Ellos recibían de los laterales o de Scocco, el delantero centro, que controlaba con eficiencia el pase largo de los centrales si el rival tapaba las bandas y le dejaba solo a él. Es evidente que un pase largo nunca va a tener la precisión de uno corto; pero lo que no iba a hacer un equipo de Martino era asumir un riesgo con balón cerca de su portería. Se trabajaba la salida larga, se dividía y se ganaban más de las que se perdían. Además, física y tácticamente el equipo sabía responder si Scocco no domaba la pelota.
Resumiendo: con jugadores sin excesiva técnica Martino consiguió mucha consistencia en esos primeros pases. A Cáceres, antiguo central tosco, se le disfrazó de Maicon, y a Gaby Heinze, que es un bruto, de Christian Chivu. Por esto decimos que la concepción del juego de posición que hace el Tata es más Barça que Bielsa. Lo emplea para ganar seguridad y control; no para desatar la euforia propia y la angustia ajena. Ahí coinciden Barça y Tata. En el resto, difieren. Newell´s era un equipo normal que buscaba los callejones sencillos y perdía la pelota a veces. El Barça no puede perder la pelota. Y no es por una licencia artística, sino por pura supervivencia. Si se la roban, le descosen a contragolpes. Eso de ser el balón y solamente el balón sólo lo dominan los técnicos de la escuela holandesa-catalana. El Tata Martino es un tipo de Rosario.
Entrenar al FC Barcelona requiere una formación especial; sus reglas de juego son diferentes.
A partir de aquí, ésto es el centro de todo: el Tata es normal y el Barça es el Barça. La presión adelantada, supuesto rasgo que comparten, es una distancia más. El Barcelona juntaba jugadores arriba, giraba al contrario y apretaba justo tras la pérdida aprovechando su ventaja posicional y el cansancio, físico y mental, del oponente. Martino no juntaba a Newell´s arriba y con pausa, y no digamos a Paraguay, Cerro Porteño o Libertad. Newell´s en campo rival era un conjunto de ejecución rápida y llegada masiva; un conjunto que creaba ventajas simples a partir de la movilidad de Scocco -la pieza libre del juego de posición leproso- y buscaba el gol a la primera. Es decir, toda la pausa que los rosarinos habían tenido en su mitad de cancha, en la otra la perdían. Y es normal, porque en el lado rival hay más gente, menos espacios y más dificultades para conservar la posesión. Así pues, con balón, la obsesión Newell´s era terminar las jugadas. Sin más.

En los saques de portería rival, Martino encendía la luces y daba por iniciado su show: el Tata es un animal de la pizarra defensiva, un maestro de maestros diseñando sistemas de presión desde cero. Le abrasa la idea de que su equipo lleve la iniciativa, de que la pelota vaya a donde él quiera hasta cuando los suyos no sean los que la tocan, y para ello dedica horas y horas al diseño y la transmisión de diversas presiones a ejecutar según el rival. Habitualmente, todas se ciñen por las mismas máximas: dos primeras líneas que marcan en individual a sus pares, una tercera línea que ejerce de líbero protege-espaldas y los centrales pillando al hombre a los puntas enemigos. La capacidad física, la concentración y la constancia de la primera embestida son imprescindibles para todo lo anterior. Es la base que lo sustenta; si quien tiene la pelota está cómodo, el resto no sirve para nada. Y revisitemos la conclusión número 2 de su encuentro con Marcelo Bielsa en el verano de 1990: todos deben trabajar al unísono; ni uno puede quedar libre. Ni uno.

La pregunta surge sola: ¿es práctico proponer un sistema de presión de este tipo para una alineación que, a menudo, reunirá a Xavi, Iniesta, Messi y Neymar? No. La plantilla azulgrana anula la virtud que distingue a Martino como técnico. Su sello no cuadra así de primeras. Sin embargo, durante su presentación confesó que su primera tarea sería recuperar el robo adelantado que el Barcelona lució hasta mayo de 2011. Agregó que para ello tan solo tenía que devolver al equipo su funcionamiento, ni más ni menos. Y es lógico, porque sólo con las Leyes de Pep este grupo de jugadores puede robar la pelota arriba. Todas sus declaraciones fueron en esa misma línea: el 4-3-3 como esquema, Messi de “falso 9″, etc. El Tata no tiene ni plantel ni situación para crear un sistema nuevo desde 0. Y además, no domina el lenguaje Barça, y eso de construir un modelo de juego ultra basado en el balón sin haberlo hecho nunca sería, como mínimo, raro. El rosarino, de inicio y al más corto plazo, viene a hacerle el boca a boca al proyecto que Guardiola creó hace 5 años.
El Tata, a día de hoy, es más fiable dirigiendo el año VI del Proyecto de Pep que creando uno nuevo.
Y, una vez el club decide que ésa es la misión para la temporada 2013/14, el Tata Martino es una elección que se entiende bien. Por un lado, aunque él hable un idioma y el Barcelona otro, la canción de Xavi, Iniesta y Messi es tan famosa que se la sabe de memoria. No es lo mismo crear que estudiar. Los principios del club le son secretos, pero el sistema de este equipo histórico le es tan familiar como a Tito Vilanova. Desde ahí, su calidad, su detallismo y su estilo diferente pueden hallar soluciones que regeneren los tejidos más desgastados: cambiar la posición de un medio, la altura del lateral del lado que no ataque, pedirle a Messi que, sin balón, se pare en un lugar específico… cualquier reajuste que a él, desde fuera, se le haya podido ocurrir. Además, al tratarse de un técnico normal y corriente, y no de un hijo de Cruyff, es posible que sepa entender a los jugadores que no crecieron en La Masià mejor que Guardiola y Vilanova; los Mascherano, Song, Alexis e incluso Cesc Fábregas; todos ellos infrautilizados hasta hoy:
- Para Fábregas, "Y Cesc, ¿qué?".
- Alexis Sánchez jugando como “9″ mantiene muchas similitudes con el que hasta hoy es el futbolista más importante en la carrera del Tata Martino: Ignacio Scocco. Alexis emula sus geniales desmarques de apoyo, su trabajo con la línea del fuera de juego y esa habilidad para, manteniendo a los centrales a raya, caer a las dos bandas indistintamente. Pese a que la idea original del técnico es mantener a Leo como referencia, la temporada puede llevarle a usar este movimiento con bastante asiduidad. Neymar, por cierto, se vería favorecido. Messi, en los partidos más importantes, también. Recuérdese que en cinco de los encuentros clave del año pasado Leo Messi no chutó a portería ni una vez.
- En cuanto a Mascherano, cabe señalar, y es que se nos ha podido olvidar, que es centrocampista. El día que lo presentó el FC Barcelona para muchos era el mejor mediocentro del planeta. Sin entrar en la discusión, lo cierto es que el Jefecito era élite absoluta en el terreno defensivo; un jugador que marcaba la diferencia en el robo y la compensación, y el Barça actual, que a veces no consigue defender bien con la pelota, necesita un plus en esos aspectos urgentemente. Martino, que como argentino lo conoce y lo valora, podría activar la opción de Mascherano como pivote y Busquets como interior derecho en alguna ocasión. Nunca como Plan A, pero sí como una opción real si el equipo se descose. Encima, la marcha de Thiago ha dejado 1700 minutos a repartir entre los centrocampistas suplentes. ¿Pillará algo El Jefe?
Por encima de todo, el objetivo primordial del Tata Martino será volver a ilusionar al vestuario.
En definitiva y en cualquier caso, el principal reto del Tata Martino será devolverle al vestuario las ganas de hacer lo mismo otra vez, por sexto año consecutivo. La cúpula del FC Barcelona, que es la que maneja más información y conocimiento sobre el club, ha entendido que la plantilla, debidamente dirigida, es capaz de competir a tope en base al sistema de siempre; y del rosarino estará conseguir que sus jugadores afronten la temporada con ilusión. Herramientas para refrescar el producto va a tener, siendo Neymar JR la mejor de todas. El brasileño tiene un hambre especial y su expresividad puede contagiar a todo el que le trate. En la famosa película de Steven Spielberg, en la que el empresario John Hammond intentó que los dinosaurios habitasen un planeta 65 millones de años más avanzado que el suyo, el experimento fracasó. En el Camp Nou, lo que el Tata debe rejuvenecer funcionaba a las mil maravillas hace apenas dos cursos, y él tiene a Leo Messi para hacerle la vida más fácil. Con algún retoque -sobre todo en la zaga-, el siempre necesario golpe de suerte y una rápida adaptación a la para él desconocida competición europea, su aventura puede correr mejor destino. No es fácil, lo cierto es que la apuesta del Barcelona no responde a su modus operandi y presenta dudas razonables, pero la calidad de Martino es objetiva, así como la de sus hombres, que, pese a todo, vienen de sumar 100 puntos. Al final son las personas las que hacen el camino.

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