El presidente, Casillas y la prensa

Me cuesta creer el rumor que se propaga como el fuego en las redes sociales y también en alguna columna de opinión sobre la tan comentada suplencia de Iker Casillas. Dicen los autores intelectuales del mensaje interesado que detrás de esta decisión está el presidente Florentino Pérez.

Es posible que Ancelotti haya notificado a su jefe la decisión que pensaba tomar el domingo en el Bernabéu, pero serían inasumible entender que fuera el presidente el que ordenara a la dirección técnica la necesidad de “castigar” al portero culpabilizándole de haber sido el causante del caos de los últimos dos años y el que frustrara su proyecto con Mourinho. Es cierto que Florentino es una persona que ni perdona, ni olvida, le conozco desde sus primeros escarceos presidenciales a finales de 1994. También es cierto que en su “libro de ruta” no aparecen escritos los nombres de grandes mitos madridistas, salvo los que él ha designado. Por su guillotina han pasado madridistas con renombre como Del Bosque, Hierro, Redondo, Raúl o Guti, por citar sólo a los más importantes.

La suplencia de Casillas en el primer partido del campeonato se ha convertido en el tema de debate nacional y todo el país tiene su opinión, la mayoría se decanta hacia la injusticia que supone la situación, pero no es despreciable el grupo de fanáticos que opina lo contrario. Es curioso que un tema mucho más importante y trascendente para España como es el caso de “los papeles del tesorero Bárcenas” haya quedado relegado a un segundo plano, incluso el asunto recurrente de Gibraltar quedará opacado ante la gravedad de la presencia en el banquillo del mostoleño. En mi opinión este asunto no debería suponer más pérdida de tiempo que el trabajo que le corresponde al entrenador para ejecutar su decisión que para eso le pagan. Me gusta Casillas y respeto el excelente trabajo de Diego López, cualquier de los dos está capacitado para ocupar la titularidad.

En el Real Madrid hay tal desgobierno y cambios de rumbo en los últimos años que un asunto de vestuario ha propiciado esta polémica que ensucia y distorsiona lo que debería ser un momento de ilusión y esperanza para un equipo fumigado por su anterior entrenador los últimos dos años. Pérez es un presidente intervencionista, hasta el punto de que cada día mantiene muchas conversaciones con “sus periodistas” para indicarles por dónde van los tiros, conversaciones interesadas. Cuando uno o varios periodistas de prestigio deciden romper ese canal de intoxicación, hay casos muy recientes, se produce un choque que acaba por situar al informador al otro lado de la línea que traza el presidente. En ese momento engrosa la lista negra y en algunos casos puede hasta ingresar en el antiguo INEM.

Que nadie se engañe, todos utilizan sus armas de propaganda, incluso Casillas. La diferencia es que desde el club el mensaje se lanza para que lo difundan los que carecen de criterio porque sus puestos de trabajo son subvencionados, mientras que la otra opinión es libre y el dueño es el propio preiodista.

Si al lector le gusta la historia le invito a que profundice en conocer la personalidad y la trayectoria de Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, un sacerdote, político y diplomático francés de extrema influencia en los acontecimientos de finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Un tipo que logró manejar Francia durante el reinado de Luis XVI, en la Revolución Francesa, más tarde en la era del Imperio Napoleónico y en su etapa final durante la restauración monárquica, con el reinado de Luis Felipe I. Las similitudes entre el comportamiento y la estrategia de este importante personaje histórico con el actual presidente del Real Madrid, salvando la época y las distancias, alcanzan un paralelismo inquietante. Sería un error creer que el presidente Pérez puede estar implicado en la decisión de sentar a Casillas, pero más error sería que fuera el autor intelectual de la decisión.

Joaquin Brotons / EuroSport