Querido lector, una advertencia: este artículo no formará parte de su dieta deportiva del día, ni siquiera será eje del debate periodístico del verano, ni tendrá ninguna repercusión entre sus allegados, porque su contenido y sus reflexiones, acertadas o equivocadas, simplemente, servirán como pisapapeles de cualquier escritorio de despacho.
Aún así, si se anima a seguir leyendo, ahí vamos. Al grano: José María Del Nido suele provocar rechazo entre los aficionados, pero su profecía sobre el futuro del campeonato, como una gota malaya, se está cumpliendo: la cacareada Mejor Liga del Mundo (¿) camina, de victoria en victoria, hacia su derrota final, hasta ser la Liga de Mierda que vaticinó Del Nido. La fotografía del verano así lo prueba. Madrid y Barça, otra vez, tendrán todos los condicionantes para reeditar su dualidad y firmar otra Liga sobre los 100 puntos. Los dos son cada día más ricos y el resto, cada día más pobres. Tienen a los mejores del mundo y cada día que pasa, compran más jugadores. El resto, venden a los mejores que tienen y se convierten en marginales, porque se conforman con las migajas que se les caen de la mesa a blancos y azulgranas. Aquí hay dos ricos y 18 comparsas. Sepamos por qué.
Esta Liga vegetó desde hace diez años, pero ahora está en fase terminal. El origen del mal, la Ley de las SAD, que abrió la puerta a los Giles y Loperas de turno. Personajes que decían servir a los clubes, pero que se sirvieron de los clubes. Se los apropiaron, los convirtieron en empresas de cartón piedra y además, como en el caso del Atlético, fueron saqueados de manera sistemática. El plan de saneamiento del Gobierno iba a salvar al fútbol, pero la verdad es que fue su ruina. Los socios perdieron el control de sus clubes a favor de constructores y especuladores del ladrillo que, con la complicidad del Gobierno, dispararon la deuda de cada entidad. De aquellos polvos, vienen estos lodos.
El fútbol español debe más de 600 millones a Hacienda y ahora todos pierden el culo para maquillar su drama. Algunos clubes pactaron con Hacienda pagos en cómodos plazos, usando como estrategia eso de recurrir actas en disconformidad. Otros dejaron pasar el tiempo y tienen entrampada su economía, al tener comprometidos con Hacienda sus ingresos por derechos de televisión e incluso los derechos federativos de sus jugadores. Estos mismos que ahora lloran porque no tienen para pagar, son los que se beneficiaron de que todos los españoles, con nuestro dinero, les pagáramos sus deudas millonarias gracias a ese plan de saneamiento que el Gobierno impuso sin consultar. País.
¿Por qué se muere la Liga? Orden cronológico para explicar su defunción: 1) Ley de las SAD 2) Se abre la puerta a que los clubes dejen de ser de los socios 3) Las TV entran en juego pagando cantidades millonarias 4) Las SAD se ‘pulen’ el dinero de las TV 5) El Gobierno mira hacia otro lado 6) Se inventan la Ley Concursal para evitar la quiebra 7) Muchos clubes reciben ayudas estatales encubiertas y recalificaciones sospechosas de terrenos 8) El reparto de los derechos de TV es abusivo: Madrid y Barça ingresan 140 millones € al año, mientras que el tercero de España cobra menos que el antepenúltimo de la Premier League 9) Algunos clubes se quejan del reparto de los derechos de TV, pero se saltan la parte en la que ellos mismos firmaron esas condiciones leoninas y 10) Mediapro y Canal Plus viven su particular guerra del fútbol. Cabe sospechar qué ocurrirá con la Liga cuando las televisiones decidan dejar de poner dinero en la competición. Quiebra.
¿Tiene solución la Liga? ¿Quieren que tenga solución? El Gobierno, tras años de inacción, ahora apuesta por una nueva Ley del Deporte, cuyo texto abriría la puerta a devolver los clubes a los socios en el futuro. Mientras tanto, apuesta por un sistema de Fair Play Financiero y un estricto, dicen, control de gasto, para reducir la deuda de manera sensible. Por eso ahora, deprisa y corriendo, los clubes venden a sus estrellas y principales activos, porque después de todos estos años, ya le han vendido el alma al diablo. El lema es Sálvese quien pueda, los máximos accionistas los primeros.
La solución pasa por ajustes que nadie se atreve a poner sobre la mesa: 1) Venta colectiva de los derechos de TV, con un reparto más equitativo, donde Madrid y Barça sean los que más cobren, pero donde el resto tenga acceso a cobrar más, o incluso donde entren en juego pluses por criterios de clasificación. 2) Tope Salarial: es decir, Madrid y Barça podrían tener el doble o triple de presupuesto que el resto, pero contarían con un tope a la hora de equilibrar sus plantillas. Un sistema NBA o NFL. Ligas realmente profesionales. Campeonatos que estimulan la verdadera competitividad entre los equipos. Y 3) Que todos los clubes hicieran públicas sus cuentas y los emolumentos de sus jugadores, para acabar con la economía sumergida del fútbol y ganar credibilidad. Transparencia.
La realidad: La Mejor Liga del Mundo (¿?) ha puesto un cartel de ‘Se vende’ a la entrada. La mayoría de equipos, a excepción de los dos de siempre, venden a sus mejores activos para sobrevivir y cuadrar balances. El Atlético vendió a Falcao, el Valencia está cerca de vender a Soldado, el Sevilla ha traspasado a Negredo y Navas, el Betis a Beñat y el Málaga a Isco. Viene Paco con las rebajas En esta inercia vendedora incluso cabe señalar quienes no tenían obligación de hacer caja: la Real no tenía necesidad imperiosa de vender pero perdió a Illarramendi, y el Athletic, que presenta unas cuentas saneadas, tuvo que perder a Martínez previo pago de cláusula y a Llorente porque se negó a renovar.
Todos pierden a sus mejores activos, salvo Madrid y Barça. Ellos no sólo pueden retener a los mejores jugadores del mundo en sus filas y además, ganar dinero en mitad de esta crisis económica, sino que cada día fichan más y cada día cobran más de la televisión. La Liga es su coto privado y como los señores feudales, tienen derecho de pernada. Y la culpa no es suya, sino de quienes se sientan a tocarles las palmas. Así están las cosas. Mañana les dirán que todo está bien, pero la realidad es que esta Liga está en liquidación por derribo.
Rubén Uría / Eurosport
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