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viernes, 12 de julio de 2013

Kaká: más oportunidades que al “Platanito”

A Florentino Pérez se le llena la boca diciendo que el fichaje de Kaká ya está amortizado. En números y rollos públicitarios el presidente madridista es un crack, pero yo creo que eso no se lo cree ni él. Ni está amortizado ni lo estará en un futuro porque su nivel futbolístico se ha alejado definitivamente de su nivel salarial.
Eso es así. El brasileño lleva mes y medio de vacaciones, las últimas dos semanas paseando palmito por Asia atendiendo a compromisos publicitarios propios y de Brasil, pero parece que en ningún caso del Madrid. Y tampoco tiene mucha pinta que se esté machacando en sesiones interminables de trabajo para lucir los abdominales de CR7 cuando se tenga que reincorporar al trabajo del equipo el próximo Lunes. Se lo está tomando con calma.
Con Kaká todos los veranos es el mismo cuento chino, nunca mejor dicho. Veremos portadas playeras diciendo que este año sí, le daremos bola porque habrá hecho un par de buenas actuaciones en Trofeos de la Galleta y acabaremos las pretemporada con un rotundo titular: "El fichaje es Kaká". Es cierto que este año el brasileño tiene el plus de contar con un entrenador que le llevó a la gloria y que le conoce a la perfección, pero el problema del mediapunta no es de confianza del entrenador, es de rendimiento y de exigencia física. Está claro que un tipo de su calidad todavía va sobrado para hacer buenos ratitos en partidos de medio pelo y con una exigencia relativa, pero cada vez que ha tenido una oportunidad en un partido de máxima presión no ha sido capaz de responder.
A pesar de su sonrisa perenne y su innegable capacidad para caerle bien a los aficionados, Kaká no ha tenido un comportamiento demasiado generoso con el club que le paga en momentos determinados. Recuerdo que llegó tieso al Mundial de Sudáfrica y retrasó su operación para jugar con su selección y luego se piró de vacaciones en vez de pasar por el quirófano y quedarse en Valdebebas sudando la gota gorda para ponerse como un pincel y estar perfecto en el primer día de trabajo. Eso sí, volvió con una sonrisa amable y con cara de no haber roto un plato. Pero no fue capaz de sacrificar ni un día de vacaciones...
En lo único que no le critico es en su empeño por no rebajarse la pasta y hacer valer su contrato. Él no le puso una pistola en el pecho a Florentino para que le fichara y hace bien en querer que se le respete el dinero que en su día se le prometió. El problema de Kaká no es el dinero, el problema real es que su físico ya no le da para marcar las diferencias al más alto nivel y el exceso de optimismo veraniego le acaba viniendo mal porque vuelven a crecer las expectativas y se vuelve a repetir la Historia.
Kaká no es un fichaje amortizado, es el caro capricho de un presidente que le fichó para demostrar su poder negociador sin pararse a pensar que ya no era decisivo ni en un Milán repleto de viejas glorias. Ancelotti es un gran entrenador, pero no se le pueden pedir milagros.

ANTONIO ROMERO - eurosport

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