Ads 468x60px

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué le pasa a Leo Messi?

En Múnich hay una persona que sabe lo que le está pasando a Messi, se trata de Pep Guardiola, el entrenador que consiguió que en cuatro temporadas Leo mantuviera un alto ritmo de competición, sin lesiones. Es seguro que el entorno personal de Messi y sus compañeros de equipo, los que manejan el vestuario, también tengan la respuesta a las continuas lesiones del futbolista.

El misterio puede ser revelado en breve. Hay una persona, su hombre de confianza hasta hace unas semanas, el tipo que durante los últimos años ha estado más cerca de Messi nos podría contar la verdad sobre el estado físico del futbolista argentino. Juanjo Brau, el recuperador del Barcelona y dedicado casi en exclusiva a cuidar la salud de Messi ha sido apartado y ya no trabaja con el futbolista. La decisión no ha salido del club, el jugador ha sido el que ha prescindido del recuperador. Leo tenía previsto, antes de esta tercera lesión, viajar esta semana a Argentina para unirse a la concentración de la albiceleste y jugar dos amistosos en Estados Unidos frente a Ecuador y Bosnia. Los médicos decidirán.

En cuatro meses tres lesiones musculares en los bíceps femorales de ambas piernas han provocado una señal de alarma. Ahora se reproduce el de la pierna izquierda, el mismo que le obligó a descansar en la Supercopa de España frente al Atlético de Madrid. No parece que este tipo de lesión, justo en la zona que más castiga a los velocistas, sea producto de la casualidad. Algo está haciendo mal Messi que provoca estas roturas fibrilares. Con Guardiola jugó 219 partidos y salvo una entrada de Ujfalusi y una contractura con el Athletic, la contribución de Leo a los títulos del Barça y sus espectaculares cifras de goles anotados no se vieron alteradas con ningún tipo de lesión muscular. En aquella época se atribuyó la buena salud del futbolista a un cambio de alimentación (le acusaban de comer a deshoras e ingerir productos como pizzas, hamburguesas, bollería, etc.) y a un ritmo de entrenamientos exigente y controlado. Guardiola había detectado la génesis del problema y dispuso las medidas para impedir que el jugador volviera a salir de un campo llorando de dolor como le ocurrió en 2008, en octavos de final frente al Celtic de Glasgow, en Champions League. Según el archivo de lesiones que está en poder de los servicios médicos del Barcelona, siete de las diez lesiones musculares que ha sufrido Messi tienen como protagonistas a sus bíceps femorales, incluidas las tres de esta temporada.

En Barcelona, donde cualquier rumor alcanza la calle en escasos minutos, se han buscado distintas explicaciones para justificar los problemas físicos de Messi e incluso su bajo rendimiento cuando está en el campo. Empezaron con los largos viajes veraniegos, los partidos benéficos, las giras publicitarias y la cuestionable preparación de la pretemporada. Luego llegaron las sorprendentes declaraciones de su amigo y compatriota Mascherano: “Se está dosificando para llegar mejor al mundial”. El rumor salió del vestuario y se habló de la llamada de atención de los pesos pesados del equipo a su manera de entrenar. Se cuestionó su peculiar manera de practicar, en el campo y el gimnasio. Lo cierto es que cuando Messi se lesiona el Barcelona, para sus seguidores, también está lesionado, aunque el equipo siga ganando partidos. Parece que la Messidependencia no existe en el juego, pero si en la mente del barcelonismo.

Es normal que preocupe la situación física del mejor jugador del mundo y que en las oficinas del club hayan recurrido otra vez a la ayuda de una nutricionista o dietista, Silvia Tremoleda, que curiosamente recomendó el hoy descabalgado Juanjo Brau, al perder la confianza de Leo. Todos los fantasmas del final de la temporada pasada reaparecen de nuevo en Barcelona y se agranda el temor, en la misma medida que Cristiano Ronaldo se convierte en el gran protagonista de la Liga española. Alguien tendrá que tomar las riendas y decirle a Messi cuál es el camino correcto. Su socio, compañero y amigo Cesc Fàbregas ya ha dado las pistas: "Yo pasé esa lesión, fue un calvario. Hasta el año y medio no estuve bien, es una lesión muy puñetera. Leo tiene que parar el tiempo que haga falta porque si no, no se le curará bien”.

Siempre queda el último recurso de llamar a Múnich y preguntar a Guardiola como resolver el problema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario