En la antigüedad la existencia del mundo se explicaba a través del pensamiento arcaico. Todo ocurría por voluntad de algún ser sobrenatural: dioses, espíritus, demonios… nada escapaba a su control y el fenómeno aleatorio estaba supeditado a la caprichosidad del ser en cuestión. Como ningún aspecto de la vida humana escapaba de la influencia de estos dioses se hacía tremendamente necesario ganarse su favor, pequeños “sobornos” que condicionasen su caprichoso proceder en beneficio propio.
Aquí entraba ya en juego la inventiva del sacrificador: un buey, un toro, un cordero, un ser humano… la lógica era desprenderte de algo sustancialmente vital para tu subsistencia material o afectiva como muestra inequívoca de tu reconocimiento y sumisión para con el ser supremo, éste así podría constatar tu resignación a su voluntad sobrenatural y, con un poco de suerte, mostrar algo de empatía o benevolencia hacia tu persona, familia o comunidad. Si el resultado era el esperado dicho ser sobrenatural podría influir sobre los elementos adecuadamente o, en el peor de los casos, no agravar el estado de las cosas. Si el resultado era radicalmente opuesto a lo demandado o anhelado llegaba la desolación y la desesperación, caldo de cultivo perfecto para que entraran en juego los intérpretes de señales.
Los intérpretes de señales, sabedores de tu penar y desesperanza, tenían una explicación ante la aparente indolencia y/o impasibilidad del ser superior: la ausencia de fé y confianza ciega en la sabiduría suprema, que bien podría ser la causa de un escarmiento por no preservar sus leyes divinas. ¿Qué leyes?, las que promulgaban esos mismos intérpretes de señales como autoproclamados expertos comunicadores con entidades superiores. Sólo ellos poseían una comunicación clara y fluida con los dioses y, por tanto, ellos y sólo ellos conocían la verdad, sólo ellos tenían potestad para darla a conocer. El dios te había castigado por simple “falta de comunicación”, necesitabas un buen comunicante e intérprete de señales para la próxima vez. Llegados a este punto se hacía necesario dar a estos intérpretes su justo reconocimiento y, sobretodo, preservar su seguridad frente a desventurados incrédulos, desde este momento llamados herejes. Estos herejes merecían los peores de los castigos porque no se sometían a los intérpretes de señales, no preservaban sus leyes y ponían en serio peligro tu comunicación con el ser o seres superiores al causar su ira. Un ser airado es poco receptivo por muy superior que sea, debieron pensar, cualquier medio para evitar su cólera se justifica… si además el intérprete de señales recomienda la confrontación, como mal menor entendida o eso se pretendía dar a entender, para gloria eterna del ser superior entra en escena la figura de “la cruzada“. Tu barbarie ahora sirve a una causa justa, la utilizas como tributo de fé para con la entidad divina… ¿cómo podrías estar obrando mal, dónde la duda?.
Para fortuna de la humanidad allá por el 624 a.C. nace en Grecia un tal Tales de Mileto. Este hombre, considerado por historiadores como el primer filósofo de Occidente, se propuso firmemente dar una explicación racional a los distintos fenómenos del mundo. Él provenía de una sociedad en la que todo se explicaba mediante la tradición mítica, fruto de la fantasía y la imaginación e incoherente a todas luces. Tales dedicó su vida a la búsqueda de la verdad, a la explicación no fantástica sino racional y universal. Dió origen a lo que se conoce como “el paso del mito al logos“, es decir, el paso de la fantasía a la razón o iniciación en la indagación filosófico-científica acerca del cosmos. Su campo de investigación se centró en la explicación de eventos naturales desligándolos de la mediación divina, explicaciones basadas en observaciones constatadas y totalmente abiertas a rebatimiento. Fue el impulsor griego de la investigación científica por excelencia (matemáticas y astronomía fundamentalmente) e influyó en discípulos como Anaximandro y Anaxímenes que en su conjunto formaron la llamada “escuela jónica” o “de Mileto”.
Por lógica nuestra sociedad moderna debería ser heredera de los valores de Tales de Mileto. Si estamos padeciendo zozobras económicas y auténticos dramas familiares para que otros tengan cuentas secretas en paraísos fiscales, para que otros se lleven sobres en dinero negro, para que otros disfruten de hoteles de lujo con facturas falsas, para que otros se puedan ir a cazar elefantes, para que otros puedan gastarse 100 millones de euros con total impunidad e indolencia, para que otros tengan una deuda con Hacienda de cientos de millones y sean considerados elementos edificantes para la sociedad… pues aplicando la lógica filosófico-científica de Tales podríamos decir que, sencillamente, ¡estamos muy jodidos!. Algo se ha hecho tremendamente mal porque se siguen sacrificando vidas humanas para regocijo de “seres superiores”, los “intérpretes de señales” tienen ahora púlpitos de opinión desde los que se les escucha todavía más alto (no por ello más claro) que antaño, las “cruzadas” son el modus vivendi de charlatanes y manipuladores con objetivos selectivos acorde a filiaciones políticas o color de camisetas, el “rebatimiento” de ideas y conceptos se ha sustituído por corrillos de chismes capciosos y tendenciosos, la “barbarie” se justifica y se incita bajo permisividad institucional, la verdad racional y universal es una asignatura escolar con un temario cambiante y en la que pocos estudiantes se matriculan.
La realidad es que estamos en franca involución, el pensamiento arcaico vuelve a resurgir hoy más que nunca. Si nos circunscribimos a la portada de hoy tenemos un claro ejemplo de ello:
- El “ser superior” vive en Madrid, nada escapa de su control y su “caprichosidad” la pagan todos los mortales. Si eres su “elegido” suspirarás de alivio y te aclamarán por miles, si eres objeto de su ira serás desterrado al inframundo de Hades y no te encontrará ni el padre de Nemo.
- El “mito” sigue siendo “La décima”.
- Los “santos” visten de corto y se les da o resta el poder de subir a los cielos según sus palabras y actitudes.
- A los “iluminados” se les dá el número 10 de otro “iluminado” más rentable, económicamente hablando.
- El “Olimpo” está en Madrid, a partir del año 2020 eso sí.
- La “cruzada” sigue en pié contra los “infieles” y hay que avisar a los simpatizantes de sus maldades, podrían robarles a “su santo”.
- El “Messías” hereje sigue pagando por sus pecados.
- Los “milagros” de la vuelta ciclista obtienen su merecido reconocimiento.
- Los hijos de los “fieles” son glorificados por anticipado, la F1 su recompensa.
Todo esto y mucho más por sólo 1 €, ningún “intérprete de señales” ofreció tanto por tan poco.
Barrabas / barrabasblog.blogspot.com / anti-marca.com
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