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martes, 6 de agosto de 2013

Mourinho, una mosca en los testículos

Estaba el Real Madrid tranquilamente haciendo la pretemporada y de repente apareció Mourinho. Era de esperar. Más tarde o más temprano tenía que orinar para marcar su territorio. El territorio de un ex entrenador del Real Madrid, aun en los peores momentos, con el peor trato posible y con malos resultados, siempre ha sido un territorio de cordialidad, de agradecimiento, de orgullo por haber pertenecido a un grande. 

Un mirar hacia adelante, en última instancia. Vease el caso Pellegrini y algún otro que salió apaleado del Madrid sin contemplaciones, entre las risitas del presidente. Ni un mal ruido.

No esperemos eso de Mourinho. De Mourinho hay que esperar desafíos pueriles, del tipo a ver quién escupe más alto o quien lanza el güito de la aceituna más lejos. En esas anda metido ahora. Está tan enfermo de importancia que se ha autoproclamado inventor de las pretemporadas, pretende jugar las Supercopas con los equipos que ha ido dejando tirados y se autonombra entrenador de Ronaldo, el gordo. Este último caso es especialmente curioso porque nunca lo entrenó. En todo caso, lo tradujo. Por aquella época Mourinho era traductor, oficio noble donde los haya. Tenía que haber declarado: "Yo traduje al verdadero Ronaldo".

El madridismo tiene que contar con las "mourinhadas". Las hubo, las hay y las habrá siempre. El hombre no lo puede evitar. El caldo de cultivo, además, es excelente. Una historia de amor-odio con Casillas, Cristiano, Florentino... Perfecto para hacerse el despechado o el interesante. Para destilar veneno o repartir abrazos, según su conveniencia. Un novelón escrito a su medida. Nunca un comediante de tercera encontró mejor caja de resonancia que el Real Madrid.

Hay que reconocerle el mérito, en todo caso. Convertir tres semifinales de Champions en La Décima está al alcance de muy pocos. Sólo los trileros son capaces de manejarse así. El paso del tiempo dará la auténtica dimensión de Mourinho. Hace unos meses, parecía el emperador. Hoy, es sólo una mosca en los testículos. Y dentro de nada, una anécdota.

Roberto Palomar / Marca.com

2 comentarios:

  1. Un placer leer tus aportes como siempre amigo. Roberto Palomar siempre escribió muy bien pese a su tendencia a ser veleta al viento que mejor le venga. Aquí no cambio de opinión, él nunca ocultó su animadversión hacia MOU, tanto en los éxitos como en los fracasos. En este artículo en concreto me parece que está muy acertado y dice grandes verdades.

    Gracias por compartirlo. Atentamente DJDOLLY

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  2. Lo triste es que sólo ahora le dan su apoyo en su cruzada anti-Mou, hasta no hace mucho formaba parte de la masa psuodomadridista a la que el "dedo" señalaba como causante de todos los males. Ahora hay licencia para hablar de "The Special", así lo quiso el "ser superior".

    Saludos.

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